Por Yesenia Torres. Podríamos decir que Colombia es una tierra de carnavales, de festivales, de celebraciones... todo el año, en todos los lugares encontramos diversidad de opciones para todos los gustos y presupuestos. En todo este panorama de lo que podría llamarse la tierra de la alegría encontramos escenas que podríamos llamar curiosas, faltas de sentido común o de Responsabilidad social de las empresas y de todos los que interactúan en un territorio.
En Tierra Bomba, una isla al norte de Cartagena, no hay agua, la gente se muere de sed rodeada de una playa paradisiaca y un mar que quisieran beberlo; la ayuda viene del extranjero, el Gobierno local quizá no lo sabía, los medios tampoco y las empresas estaban ocupadas. En el Chocó, una de las regiones más lluviosas del mundo, con recursos como minería de aluvión, platino y selvas los niños y las niñas se mueren de hambre física, quizás todos lo sabían y nadie se acordaba. Se anunciaron medidas para enfrentar las situaciones. No sabemos si sean permanentes o pasarán de moda, cuando dejen de hacer su aparición en nuestra realidad por medio de diarios y noticieros, cuando otros hechos las obnubilen bajo el criterio implacable de lo que es y no es noticia.
Nos podremos preguntar por enésima vez, si la culpa es tuya o mía, para después de todo darnos cuenta de que es de nadie y es de todo el mundo, de que desde los habitantes de esos territorios al no ser contundentes en hacerse escuchar, hasta el que lee un blog desde su cómoda oficina tienen una segunda oportunidad, que puede fundirse en solo sustantivo para decir que tenemos la responsabilidad de actuar, sin culpar al olvido, sin culpar al clima, a los deberes de todos los días, de todos las clases.
En un post de este blog, hace algunos días leíamos: Hay cosas que por sencillas parecen bromas. Un euro al mes... qué nos cuesta? El olvido? quizá un refresco, un café, una cerveza... o quizá creamos que son cosas de broma, que van a parar a la alcancía de un genio o una genia que intenta hacer riqueza con las monedas de otra gente? En Europa quiźas se compren pocas cosas con un euro, para una persona Colombiana podría representar el equivalente a una cena frugal. Pero si colocáramos la tercera parte de un euro, que no nos representa mucho, quizá podríamos empezar a sentir que podemos hacer algo por nuestro territorio, aparte de leer los diarios y buscar culpables y demonios para explicar la situación.
Es cierto que desde el gobierno hasta la empresa privada tienen parte de responsabilidad en estas situaciones, pero también es cierto de que cada cuál no estamos al margen de todo y que ha llegado la hora de sentirnos responsables, de saber que existimos en un mundo real, que cambia cada metro, cada segundo; que la Responsabilidad Corporativa también se compone del material de nuestras acciones. La creación de territorios responsables es una responsabilidad y no sólo un concepto teórico que se explica con ejemplos remotos.
En Tierra Bomba, una isla al norte de Cartagena, no hay agua, la gente se muere de sed rodeada de una playa paradisiaca y un mar que quisieran beberlo; la ayuda viene del extranjero, el Gobierno local quizá no lo sabía, los medios tampoco y las empresas estaban ocupadas. En el Chocó, una de las regiones más lluviosas del mundo, con recursos como minería de aluvión, platino y selvas los niños y las niñas se mueren de hambre física, quizás todos lo sabían y nadie se acordaba. Se anunciaron medidas para enfrentar las situaciones. No sabemos si sean permanentes o pasarán de moda, cuando dejen de hacer su aparición en nuestra realidad por medio de diarios y noticieros, cuando otros hechos las obnubilen bajo el criterio implacable de lo que es y no es noticia.
Nos podremos preguntar por enésima vez, si la culpa es tuya o mía, para después de todo darnos cuenta de que es de nadie y es de todo el mundo, de que desde los habitantes de esos territorios al no ser contundentes en hacerse escuchar, hasta el que lee un blog desde su cómoda oficina tienen una segunda oportunidad, que puede fundirse en solo sustantivo para decir que tenemos la responsabilidad de actuar, sin culpar al olvido, sin culpar al clima, a los deberes de todos los días, de todos las clases.
En un post de este blog, hace algunos días leíamos: Hay cosas que por sencillas parecen bromas. Un euro al mes... qué nos cuesta? El olvido? quizá un refresco, un café, una cerveza... o quizá creamos que son cosas de broma, que van a parar a la alcancía de un genio o una genia que intenta hacer riqueza con las monedas de otra gente? En Europa quiźas se compren pocas cosas con un euro, para una persona Colombiana podría representar el equivalente a una cena frugal. Pero si colocáramos la tercera parte de un euro, que no nos representa mucho, quizá podríamos empezar a sentir que podemos hacer algo por nuestro territorio, aparte de leer los diarios y buscar culpables y demonios para explicar la situación.
Es cierto que desde el gobierno hasta la empresa privada tienen parte de responsabilidad en estas situaciones, pero también es cierto de que cada cuál no estamos al margen de todo y que ha llegado la hora de sentirnos responsables, de saber que existimos en un mundo real, que cambia cada metro, cada segundo; que la Responsabilidad Corporativa también se compone del material de nuestras acciones. La creación de territorios responsables es una responsabilidad y no sólo un concepto teórico que se explica con ejemplos remotos.
1 comentarios:
Yesenia, tienes mucha razón, la responsabilidad social nos afecta a todos y ya está bien de hablar, hay que actuar.
He leído algo sobre Tierra Bomba, y , parece ser que uno de los principales problemas, como tú comentas en tu post, es el abastecimiento de agua dulce que llega a la isla a través de barcazas.
Curiosamente al buscar en la Red me he encontrado con la publicidad de un complejo turístico de Cartagena de Indias que decía algo así: … Edificio “ AQUA “, desde su ático de lujo usted puede disfrutar de vistas como las lomas vírgenes de Tierra Bomba…. ¡ joder ¡ ( perdón )… no dices que se están muriendo de sed… ¿ Paradojas de la vida….broma del destino… marketing irresponsable…. ?
En cualquier caso te propongo una idea, buscar fórmulas para la instalación de una desaladora de agua de mar en la Isla.
Por ejemplo, el escritor Alberto Vázquez Figueroa ha inventado un sistema de desalación de bajo coste, cuya patente es gratuita para este tipo de proyectos. Si bien tengo entendido que el sistema actúa por presión por lo que se necesita cierta altura que no se si tiene la Isla.
También tengo noticias que la Junta de Andalucía y la Universidad de Sevilla han desarrollado una minidesaladora portátil que con un coste de 44.000 euros abastece a una población de 600 habitantes.
Bueno, es el primer paso, por lo que te animo a pensar en la idea.
En caso de que se pudiera iniciar te propongo que el proyecto se llame “ Proyecto AQUA en Tierra Bomba “
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